En el sector de las empresas de base tecnológica ya no sólo basta con ser competitivos en costos; es necesario diferenciarse y en ello la innovación juega un papel fundamental. Desde la década de los noventa las universidades han ido creando estructuras de interfaces para facilitar la innovación técnica y social, procurando así participar más activamente del Sistema Nacional de Innovación. Algunas de ellas avanzan hacia la creación de parques tecnológicos. Unos de los instrumentos más utilizados durante las últimas décadas como herramienta para operacionalizar el concepto de Gestión Tecnológica, dentro del marco de una Política Industrial que le sirva de referente, son los Parques Tecnológicos.
La incidencia positiva que las actividades de Investigación + Desarrollo + Innovación (I+D+I) ejercen sobre el desarrollo de los países, ha conducido a los gobiernos de los diferentes estados a destinar una parte de sus recursos financieros a la potenciación de la ciencia y la innovación tecnológica como vía ineludible para el mejoramiento de la sociedad.
Las formas de organizaciones que más se asemejan en el mundo a los Polos Científicos en Cuba, son los Parques Científicos y Parques Tecnológicos. Se señala que muchos países del Mundo en la búsqueda por completar el ciclo científico identificaron la Comunidad de interface para establecer el vínculo científico-sector productivo, con el objetivo de disminuir el plazo de transferencia de conocimientos entre ambos y el mercado. Estos parques científicos y tecnológicos son instrumentos que enfatizan en la industria, en los servicios y algunos se especializan en tareas de I+D+i. El principal objetivo de los Parques Científicos es la investigación, el desarrollo y el diseño, concibiendo nuevos productos y desarrollándolos hasta la etapa del marketing. Las actividades realizadas por las empresas en los Parques Científicos terminan frecuentemente en la etapa de diseño de prototipos, mientras que la producción está localizada en otra parte.